Con la misma edad que el alpinismo, las vías ferratas son caminos creados por los hombres para cruzar zonas montañosas en las que los accesos no son precisamente los mejores. Existen diferentes tipos, desde las que crean para que el turista acceda a senderos, hasta las que han sido diseñadas para el uso de alpinistas con muchísimos años de experiencia.
Y para que la emoción de andar por una vía ferrata no sea algo inalcanzable, les dejamos tres vías ferratas en el país las cuales ofrecen grandes retos:
El Chico
El Parque Nacional El Chico, en Pachuca, se caracteriza porque tiene un sinfín de actividades al aire libre como montar a caballo, subirse a una tirolesa, comer con la familia y las vías ferratas que cruzan por los pequeños montes que se forman en dicho parque. Apta para toda la familia porque los guías les prestan el equipo. Solo se necesita ir con muchas ganas.
La Mexicana
El Bosque La Mexicana, ubicado en Tapalpa, Jalisco, alberga la Vía Ferrata La Mexicana. La ruta se encuentra en las orillas del Río del Tigre, cuyo principal atractivo para el turista es vivir la naturaleza en carne propia. Aunque la exigencia de esta ruta es más demandante, es una excelente opción para el turista con poca o nula experiencia.
La Ruta Vértigo
Ubicada en el Parque Ecológico La Huasteca, cerca de Monterrey, Nuevo León. Esta es la vía ferrata que más exigencia tiene. La ruta que se sigue desde el inicio hasta la cumbre tiene una duración de seis horas. Y es recomendable tener experiencia previa en ferratas o alpinismo para poder recorrerla en su totalidad. A diferencia de las dos vías recomendadas anteriormente, en esta sí nos llegamos a encontrar a varios metros de altura.
Una en Pachuca, la otra en Jalisco y la última en Nuevo León, estas son las tres vías ferratas de nuestro país. Y en las que podemos entrenar para escalar más alto y llegar a diferentes lugares. Porque no importa dónde, siempre sabemos encontrar nuevos caminos.
Con información e imágenes de Querido México